El extranjero

Por Gata

Hace tres meses me entró a la casa un primo pajuerano como entra por la terraza un gato que se te instala. Primero lógicamente yo pensé , como todos ustedes, que los conflictos que podían surgir eran producto inevitable de un choque de costumbres: fui tolerante. Con el paso de tiempo y el peso de la evidencia fui elaborando la teoría (blogger no me cierres, es chiste) de que aprovecha su acento de mierda para hacerse el pelotudo, hacerse un cuartito en el departamento y que mi vieja le siga lavando los calzones.

Que me garcee en el baño TAN espamentosamente, puede ser costumbre allá donde vive, porque el patio de su casa es campo (igual no entiendo porque hace tanto ruido para despegar un moco); que defienda su pueblo de dos habitantes diciendo que “es una ciudad” cuando nadie lo agrede, también lo puedo entender y es muy común además, y también puedo entender que duerma siesta todo el día, pero no puedo entender que lo haga hace mas de tres meses cuando debería haberse puesto a buscar un espacio personal en algún lado.

ME SACA que use la técnica de supermercado chino para el “no entendo”

y me saca no tener hechos reales para poder cerrar este post, porque el extranjero sigue en casa.