jueves, 2 de junio de 2011

borrador

por dónde empezar, si la felicidad es una cálida amapola.
qué decir, si el aire atrae tras de sí las hojas amarillentas de un otoño que se va.
Podemos mirar nuestras narices y declarar que son perfectas de aquí a la eternidad. Puedo escuchar tu risa y llegar a la conclusión de que es la que más me gusta oír. Puedo ver detrás de tus ojos que estás construyendo un universo para mí, puedo decir que sos mi mundo y que nadie ve como nosotros.
Nadie vive como nosotros, nadie piensa como nosotros.

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